El hogar.
Hay tanto en esta pequeña palabra.
En el último año y medio, cada ucraniano ha llegado a apreciar el valor de su hogar de una manera nueva.
En Ucrania tenemos unos vecinos maravillosos, que cuidan nuestra casa y nuestras plantas. Nos mandan fotos y vídeos. Como echo de menos mi casita…
La casa en la que vivimos aquí es solo una casa. Nuestra casa en Ucrania es un lugar de fuerza y alma. Donde la tierra es fértil y nativa, excavada con nuestras propias manos, limpiada de cada guijarro. Donde cada planta era cultivada con amor. Donde se quedan las paredes que pintamos junto con mi esposo. Cada centímetro de nuestra casa esta lleno de recuerdos y nuestra alma.
Recuerdo el día en que nos mudamos. Fue mi cumpleaños. Creo que fue mi cumpleaños más feliz de toda la vida. Todavía había mucho que hacer allí, la reparación en el segundo piso estaba muy lejos de estar hecha. Pero todo eso no importaba, lo único que importaba era que estábamos EN NUESTRA CASA. Esa sensación de paz, felicidad infinita que llenaba cada célula de mi cuerpo, el olor de los muebles nuevos y el aire tan dulce en el patio… ¿Y tú recuerdas tus emociones cuando te mudaste a tu hogar? ¿Cómo eran?
Algún día seremos abuelos que contarán a sus nietos todo de los tiempos que vivimos ahora.
Imagina que eres esa abuela anciana contando tu vida, los tiempos en que eras joven, llena de energía y ganas de vivir. Pero esta abuela, además de contar, puede también mostrar. Puede enseñar su juventud y la infancia de sus hijos, su casa llena de amor y esperanzas.
La filmación de vídeo es una oportunidad única en el mundo moderno para guardar las emociones en una cápsula y volver a revivirlas en cualquier momento.
¿Qué vas a poner en esta cápsula? ¿Qué les mostrarás a tus hijos y nietos? ¿Que te importará dentro de 10-20-30 años?