Muchas de nosotras nos preocupamos por lo que no nos gusta en nosotras mismas. No tengo cuerpo/piel/pelo que me gustaria tener/no sé posar y no salgo bien en las fotos. Pero así es como te ves a ti misma ahora.
Yo, por ejemplo, tengo una piel problemática. Y siempre me ha parecido que era lo único en lo que se fijaba todo el mundo. Hasta el día cuando mis amigas me dijeron que no tenían ni idea de qué les estaba hablando😂.
Claro que los granitos en la cara se notan, pero este es un problema principalmente mío. Es como tener sobrepeso. Sólo es extra si tú lo decides así.
Hace poco tuve una conversación muy interesante con Olivia.
- Mamá, ¿te gustan tus granitos?
- Claro que no.
- ¿Por qué no te gustan?
- ¿Cómo podrían gustarme?
- Creo que te ves especial con ellos.
No sé si tengo una hija tan increíble o si he hecho algo como madre para escuchar esto. Pero ha sido el mejor cumplido que jamas he escuchado en mi vida.
Entonces, a dónde quiero llegar? En mis fotos no te voy a hacer ningún retoque fuerte, no te quito lunares, porque te veo tan bella como eres. Por supuesto, trabajo con la piel en mis fotos, pero lo hago con mucha delicadeza.
Pero si tienes algo que no te gusta, o al revés algo que te gustaría subrayar, dímelo de antemano. Incluso tengo un apartado para esto en el cuestionario que te pido que rellenes antes de la sesión. Estoy a favor de la comunicación. Hace la vida mucho más fácil.
Pero todo esto no es la excusa para no hacer fotos. Y para no dejarles a tus hijos admirar de tus granitos/arruguitas/dientes imperfectos… Porque lo ven como tu peculiaridad. Y sinceramente me gustaría que aprendiéramos un poco de nuestros niños.
Así que, vuelvo a la idea de que una sesión de fotos es un manifiesto de amor. ¿Estás de acuerdo?