Intento regularmente pasar al menos un rato con cada una de las niñas por separado. No siempre es posible, por supuesto. Y entonces cualquier tiempo juntas ya es un gran resultado.

Me pierdo tan a menudo en el interminable ciclo de las tareas domésticas/trabajo que a veces por la noche me doy cuenta de que la cena y un cuento antes de dormir han sido nuestro único tiempo juntas con las niñas en todo el día. Porque sencillamente no tenía tiempo para dar más.

Y entonces me recuerdo a mí misma que mañana se despertarán 1 día más mayores, y luego otro día más… y entonces en lugar de «mamá, mamáaaa» me dirán que cierre la puerta de su habitación y que no les moleste.

El tiempo es el recurso más valioso que tenemos. 

A menudo os oigo decir que no tenéis tiempo para una sesión. Y os entiendo muy bien. Pero se puede verlo todo de otra manera.

Para una sesión de fotos, no es obligatorio ir de compras, cada uno tiene ropa básica en su armario. No necesitas hacerte ni maquillaje especial, ni peinado inusual. Se trata de ser tú misma.

Una sesión de fotos es una oportunidad para estar juntos, es tiempo para tu familia. Un momento en el que puedes olvidarte de todo ese montón de tareas, de trabajo, simplemente dejarlo todo a un lado y mirar a los ojos de tus niñ@s y de tu espos@, darles toda la calidez de tu corazón.

El tiempo en que simplemente no tienes que correr a ningún lado y por fin puedes ponerle todo el mundo en pausa y disfrutar creando recuerdos juntos. Díles a todos: «hoy es el día de la familia» e ignóreme mientras capturo los momentos de vuestra vida.

Porque en nuestro día a día, junto a las personas que queremos, reside la verdadera felicidad.

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